Ante el deseo insano e ilícito, de conocer el contenido digital de las redes sociales, mensajería instantánea o correo electrónico, sin contar con la previa autorización o consentimiento del titular de la cuenta; varias personas acuden a paginas falsas para espiar a su víctima; exponiéndose irónicamente a ser estafados y extorsionados.
Por ejemplo:
Con la promesa de recibir un servicio ilegal, proporcionan datos sensibles a personas protegidas por el anonimato, que en el mismo marco actúan sin código ni ética, y que pueden emplear para actividades no licitas.
El costo de un servicio ilegal, no contempla la garantía de cumplimiento ni calidad, no tiene un centro de atención autorizado y, además abre oportunidades para ser extorsionado bajo amenaza de ser descubierto.
El usuario se suma al grupo de personas presas de sitios publicitarios con cargos económicos no solicitados.
La cuenta de correo electrónico, en el menor de los casos queda comprometida a los archivos spam.
Se exponen al riesgo inminente de contaminar el equipo con malware y exponerse a fraudes, estafas y extorsiones, con el secuestro del equipo, datos personales e información confidencial.
En la reflexión donde “el cazador se convierte en presa” se invita a considerar el análisis del riesgo que asume el usuario atacante al realizar prácticas de espionaje y terminar en el rol de víctima, por su propio artificio.
Carolina Ortega
Impulsora de la simbiosis entre el Derecho y las TIC´s
27/julio/2022
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